Incorporar probióticos a través de la alimentación es una medida nutricional que puede impactar beneficiosamente sobre la salud, como la mejoría de síntomas de intestino irritable e inclusive, podría mejorar el estado de ánimo y prevenir infecciones respiratorias.
-ALIADOS NATURALES PARA PROTEGER LA SALUD EN CADA ETAPA DE LA VIDA-
Importantes especialistas en probióticos, nutrición, pediatría, gastroenterología y otras disciplinas coincidieron en afirmar que los probióticos demostraron tener efectos positivos sobre la salud desde la infancia, acompañando cada etapa de la vida.
“Los probióticos son microorganismos vivos que, cuando son suministrados en cantidades adecuadas, promueven beneficios en la salud del organismo anfitrión". (Organización Mundial de la Salud)
Entre los probióticos más comunes se encuentran los lactobacilos y las bifidobacterias, bacterias benéficas que componen la microbiota intestinal, y que también pueden incorporarse mediante la alimentación. En el intestino viven colonias de bacterias “benéficas”, que desempeñan funciones fisiológicas tan importantes, que se las considera en la actualidad un órgano: la microbiota intestinal. Se trata de un órgano adquirido, puesto que comienza a formarse al momento de nacer, y evoluciona a medida que el ser humano crece.
Estas bacterias se alojan en el intestino y cumplen múltiples funciones fisiológicas tales como fortalecer la barrera intestinal contra microorganismos peligrosos y químicos, inclusive en personas sanas. Equilibran la microbiota intestinal contra cambios repentinos y contribuyen a evitar alteraciones intestinales.
También ayudan a mantener una microbiota diversa, inhiben patógenos, contribuyen a digerir a los alimentos, estimulan el sistema inmune y lo mantienen activo, previenen infecciones del tracto intestinal y también del tracto respiratorio.
Cada persona tiene una microbiota única, integrada por diferentes colonias de bacterias. Los lactobacilos y las bifidobacterias son tipos de bacterias predominantes en el intestino de personas saludables.
"Los factores que alteran la microbiota incluyen antibióticos, antiinflamatorios no esteroides (AINEs), y muchos otros productos farmacéuticos. La microbiota también es influenciada por diferentes estados de enfermedad, dieta, nutrición y ejercicio. Muchos factores propios del estilo de vida, entre los que se encuentra el estrés, pueden modular a la microbiota y llevarla a un estado disbiótico (desequilibrado). Este estado se puede re-equilibrar con el consumo de probióticos". (Salminen, Seppo J.)