¿Que es la Estimulación Cognitiva?
El ser humano cuenta con capacidades tales como cognitivas, funcionales, motoras, emocionales y psicosociales que le permiten su adaptación al entorno y dar respuesta a las exigencias de éste. Cada una de ellas tiene un papel específico en dicho proceso de adaptación. Por ejemplo, gracias a las capacidades motoras podemos andar, caminar, en definitiva, realizar cualquier tipo de acción que implique movimiento de una forma coordinada.
En el caso concreto de las capacidades cognitivas, éstas nos permiten llevar a cabo actividades tales como reconocer a las personas que nos rodean, imaginar lo que voy a hacer mañana, o recordar lo que hice el día anterior. Cualquier capacidad humana se caracteriza, entre otras cosas, por poder ser mejorada a través de la experiencia y la práctica. Pues bien, la Estimulación Cognitiva se define como el conjunto de técnicas y estrategias que pretenden optimizar la eficacia del funcionamiento de las distintas capacidades y funciones cognitivas (percepción, atención, razonamiento, abstracción, memoria, lenguaje, procesos de orientación y praxias) mediante una serie de situaciones y actividades concretas que se enlazan y estructuran en lo que se denominan “Programas de Estimulación”.
La Estimulación Cognitiva puede ser aplicada a cualquier individuo, puesto que cualquiera de nosotros podemos mejorar nuestras capacidades para ser más hábiles y diestros. En estos casos, los objetivos de este tipo de intervención son: a) desarrollar las capacidades mentales; y b) mejorar y optimizar su funcionamiento. Ejemplos de este tipo de intervenciones son los programas de estimulación temprana en la infancia, los programas o talleres de mejora de la memoria para las personas adultas mayores, o ciertos programas para la mejora de habilidades viso- espaciales o de la concentración en el ámbito deportivo.
En todos estos casos, se pretende activar, estimular y entrenar determinadas capacidades cognitivas y los componentes que la integran, de forma adecuada y sistemática, para transformarlas en una habilidad, un hábito y/o una destreza. Ahora bien, la Estimulación Cognitiva también tiene un objetivo terapéutico, puesto que diversas poblaciones manifiestan algún tipo de alteración, déficit o deterioro cognitivo importante y significativo. Dichos síntomas son considerados en ocasiones como fundamentales y definitorios en el diagnóstico de una discapacidad o patología.
Es el caso, por ejemplo, de enfermedades neurodegenerativas como la enfermedad de Alzheimer, donde la Estimulación Cognitiva es una de las técnicas de intervención cada vez más consolidada. En otras ocasiones, como por ejemplo en la esquizofrenia, los déficits o alteraciones cognitivas no son síntomas primarios, pero cada vez cobran mayor importancia y presencia en el curso de la discapacidad o trastorno, hasta el extremo de que la Estimulación Cognitiva pasa a ser una técnica de intervención complementaria importante.
Finalmente, esta disciplina tiene un papel más secundario y, posiblemente poco estudiado hasta estos momentos en casos como el abuso de sustancias, el maltrato infantil, o el curso de ciertas enfermedades como el cáncer.
En estos casos, los objetivos terapéuticos más importantes de la Estimulación Cognitiva serían los siguientes:
a) mejorar el funcionamiento de las funciones cognitivas que presentan algún tipo de retraso;
b) rehabilitar y recuperar funciones y capacidades que han sufrido algún déficit; o
c) enlentecer el deterioro de ciertas funciones producido por algún tipo de proceso neurodegenerativo.
Campos de aplicación más importantes de la Estimulación Cognitiva.
▫ Infancia
▫ Retraso infantil: problemas de adquisición del lenguaje, retraso psicomotor, etc.
▫ Envejecimiento sin deterioro cognitivo.
▫ Enfermedades neurodegenerativas: demencias, esclerosis múltiple, etc.
▫ Daño cerebral adquirido: traumatismos craneoencefálicos (TCE), accidentes Cerebrovasculares (ACV), tumores cerebrales, etc.
▫ Trastornos psiquiátricos: esquizofrenia, TDA-H.
▫ Trastornos generalizados del desarrollo: autismo, síndrome de Asperger, etc.
▫ Discapacidad (sensorial e intelectual): hipoacusia, síndrome de Down, etc.
▫ Dificultades de aprendizaje escolar: dificultades de escritura, discalculia, dislexia, etc.
▫ Otros: estrategias, técnicas y hábitos de estudio, entrenamiento deportivo, etc.
Mientras que el concepto de entrenamiento cognitivo tiene básicamente una connotación metodológica, existen otras acepciones más conceptuales cuyo origen proviene de su aplicación en el tratamiento en ciertos campos de aplicación. Es el caso de los conceptos de rehabilitación cognitiva y rehabilitación neuropsicológica, que cobran especial auge en la década de los 90 como una de las nuevas concepciones en el tratamiento de las enfermedades neurológicas. Ambos términos, por su origen neurocientífico, parten de principios de las neurociencias tales como que el cerebro lesionado continúa teniendo la capacidad de aprender (neuroplasticidad), y de que la práctica y la repetición (entrenamiento) son los dos pilares claves en los que se apoya la rehabilitación.
La rehabilitación cognitiva se define como el conjunto estructurado de actividades terapéuticas especialmente diseñadas para re-entrenar las habilidades de aquellos individuos que han sufrido algún tipo de déficit cognitivo tras una lesión o enfermedad (sea el daño cerebral estructural o funcional). Desde este punto de vista, la utilización del prefijo ‘re-’ parece indicar que se trata de una función que se ha desarrollado adecuadamente pero que, en un momento determinado se pierde, por lo que el trabajo se orienta a recuperar lo perdido. Y, en consecuencia, el término rehabilitación no sería adecuado para aplicarse a enfermedades neurodegenerativas, en las que la intervención va destinada a enlentecer lo más posible el proceso neurodegenerativo, pero no a recuperar lo perdido; o, por ejemplo, a casos de discapacidad intelectual, en los que no ha habido una pérdida de una función desarrollada normalmente, sino que la disfunción está desde el momento del nacimiento.
Sin embargo, desde un punto de vista conceptual más amplio hay personas que aplican el término rehabilitación cognitiva a cualquier persona que haya sufrido alteraciones o déficits cognitivos: traumatismo craneoencefálico, accidente cerebrovascular, enfermedad de Alzheimer y otras demencias, esclerosis múltiple, desordenes de ansiedad y pánico, esquizofrenia, déficit de atención con o sin hiperactividad, problemas de aprendizaje, enfermedad de Parkinson y otros trastornos del movimiento, discapacidad intelectual, etc.
Ello ha dado lugar a múltiples definiciones de lo que es la rehabilitación cognitiva. Algunos autores prefieren utilizar el término ‘programas de intervención’, cuando el término se utiliza en su acepción más amplia, pero el término ‘rehabilitación cognitiva’ está mucho más difundido y aceptado por la comunidad científica (Ginarte, 2002).
En cualquiera de los casos, algunas de las características más importantes del concepto de rehabilitación cognitiva son las siguientes:
a) Tiene un carácter terapéutico, connotación que no tiene el concepto de Estimulación Cognitiva que, como hemos visto, se aplica cualquier tipo de población, tenga o no problemas cognitivos.
b) Precisamente por ese carácter terapéutico, los programas de rehabilitación cognitiva suelen ser programas específicos de tratamiento. Desde el punto de vista de la rehabilitación cognitiva no existen casos "generalizados", cada caso es "individual", y por lo tanto los programas de rehabilitación están adaptados al tipo y tamaño de la lesión, la edad del paciente, etc.
c) Estos programas se fundamentan muy especialmente en los principios del entrenamiento cognitivo. Y, como partimos de una pérdida o alteración de algo que funcionaba adecuadamente, a veces se utiliza el término de re-entrenamiento (retraining) cognitivo.
Buena parte de los programas de rehabilitación cognitiva se incluyen en un contexto de actuación más amplio que recibe el nombre de rehabilitación neuropsicológica. La finalidad de la rehabilitación cognitiva es la de mejorar el funcionamiento adaptativo y la calidad de vida del paciente, y permitir tanto a éstos como a sus familiares manejar, sobrellevar o reducir los déficit cognitivos, los problemas conductuales y las alteraciones de la personalidad de las personas que han sufrido una lesión cerebral. Puesto que el objetivo último de la rehabilitación es mejorar su calidad de vida general, tanto en el aspecto físico como en los aspectos psicológico y social, se han incluido en el contexto de la rehabilitación no sólo las variables de naturaleza cognitiva, sino también las afectivo-comportamentales y psicosociales.
Por ello, el tratamiento neuropsicológico va dirigido a:
1 la esfera cognitiva, que es el quehacer más específico de la rehabilitación cognitiva.
2 la esfera neuro-conductual, encaminada a la modificación de conductas desadaptativas originadas por lesiones o disfunciones cerebrales
3 la esfera psicosocial, orientada a la readaptación profesional y la reinserción social, familiar y laboral del paciente portador de una lesión o disfunción cerebral. En este sentido, el términos rehabilitación cognitiva es algo más restringido que el de rehabilitación neuropsicológica, si bien el especialista en rehabilitación cognitiva tiene en cuenta y maneja la esfera conductual y psicosocial en la mayor parte de sus actuaciones.
Finalizamos, sin analizar otras acepciones que han surgido, precisamente, al hilo de algunas de las reflexiones que hemos hecho en torno al concepto de rehabilitación cognitiva, pero que parten de los mismos presupuestos que ésta; a saber: neuroplasticidad, ejercicio, y estimulación personalizada.